30 de octubre de 2012

El Chaira se llevó el triunfo con el tiro del final.

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Parecía que iba a ser inevitable cometer la grosería periodística de repetir un título (“Los errores los paga con puntos”) pero en tiempo de descuento José Loncon se convirtió en el muchachito de la película Chaira.
Con las piernas pesándole mil kilos por el cansancio de los 90 y pico minutos jugados, con la presión que suele achicar a muchos, Loncon se hizo cargo de la última bola de la noche, un tiro libre sobre la izquierda, en la puerta del área, con escaso ángulo y barrera delante, a la altura de la línea del cuadro menor. 
Fueron todos a cabecear. Es que era cantado el centro, “a la carga Barracas” y “que sea lo que Dios quiera”. Con todos los cabeceadores a la espera, el comodorense hizo lo inimaginable: metió un derechazo increíble -directo al arco- que sorprendió a todos, pero especialmente al arquero uruguayo Pereyra que quedó petrificado.
Fue gol, fue festejo desenfrenado, pero -esencialmente- fue hacer estricta justicia. Porque el fútbol debería premiar siempre al que propone, al ambicioso, pero muchas veces no se da y por eso es tan apasionante; y tan frecuentemente desafía lógica y merecimientos.
Es que Racing y sus urgencias propuso un partido abierto, generoso, tratando de desnivelar rápido. Y se encontró con un Brown -y sus urgencias- que eligió lo opuesto: dos líneas de cuatro plantadas en la puerta del área grande, marca personal de Sebastián Aciar sobre Vazzoler y allá lejos las torres (Bruno Nasta y Parisi) intentando encontrar pepitas de oro. Ah, y con algún aislado porte ofensivo de Movio. 
Entonces el Chaira hizo el gasto, monopolizó la pelota y aunque no fue sencillo maniobrar para esquivar el micro parado en la puerta del área, encontró la veta por la izquierda donde Berdún y su velocidad complicaron a Movio-Gold, pero sus envíos al área no encontraron receptores.
Desde el inicio, Abán fue insoportable para los defensores, cuando la tenía y cuando los molestaba como un primer (gran) defensor. A los 17’ bajó de pecho una pelota en el área, abrió los ojos, asistió hacia atrás y Loncon definió abriendo el pie derecho.
Racing se puso en ventaja y nada cambió. Brown siguió pensando en trabajar el partido, en tenerlo a tiro, en arriesgar cuando faltara menos. Vazzoler, sin moverse de la zona congestionada, facilitó la tarea de su estampilla pero aún así fue protagonista de una chance de gol con ese derechazo de media distancia, desviado, que muchos vieron adentro.
Dueño psicológico, territorial, y de la pelota, al Chaira casi no lo molestaron en toda la etapa. Brown parecía tener un par de balas y a ellas apostó. Una la gastó temprano, y el anticipo forzado de Parisi en el primer palo no lastimó.
Al regreso del descanso, Brown tomó riesgos pero nada del otro mundo. Se paró 15 metros más adelante y trató de cuidar algo más la pelota cuando la recuperó. Pero sus aproximaciones no pasaron de algunas pelotas quietas que agigantaron a Ferreyra-Erramuspe-Molina.
Racing siguió buscando el segundo, pero no logró tenencia. La intentó con Linares en cancha pero un factor externo se transformó en un rival más: una lluvia impiadosa, que el otrora impresentable piso del Buglione Martinese se bancó admirablemente, pero complicó la circulación prolija.
No quedó otra que esperar el aprovechamiento de una falla o una acción individual. Como la de Altamirano a los 27’ que limpió gente en diagonal de derecha al centro y Pereyra se quedó con su zurdazo a ras de piso.
Brown no podía desequilibrar pero buscaba su chance y a Racing, por no poder liquidarlo, le aparecían fantasmas de dolorosas fechas pasadas. Sin el exhausto Abán (figura) pero con un fresco Piecenti, que se le fue a Caamaño, cuando lo achicó Pereyra, cedió a Altamirano y el cierre providencial de Duarte le vio vida y esperanza a “La Banda”.
Faltaban cinco cuando Molina (de buen partido) fue a cubrir una pelota contra el lateral, se la birlaron, cometió falta, llegó el bochazo, defendieron mal a Caamaño que la bajó al área chica, Mocoroa no la pudo tomar y entre mil cuerpos, Alan Moreno enmudeció al estadio.
La sensación de angustia estaba en el ambiente pero Racing fue, con determinación y tremendas ganas. Ya pasada la hora, Piecenti la peleó con Gallardo, que le hizo falta.
Para saber qué pasó en ese tiro libre vuelva al inicio de esta crónica o mire el video que acompaña esta nota, y podrá revivir otra epopeya Chaira, que como tantas tardes y noches tuvo al arco de la Sarmiento como escenario.

SINTESIS
RACING (Olavarría):  (2)  Martín Mocoroa; Diego Nasello, Claudio Ferreyra, Esteban Erramuspe, Ezequiel Molina; José Loncon, Ramiro Jorge, Juan Berdún; Francisco Vazzoler; Gonzalo Abán y Oscar Altamirano. D.T.: Diego Torrente.

GUILLERMO BROWN (Puerto Madryn):  (1)  Sebastián Pereyra; Claus Gold betig, Gustavo Caamaño, Silvio Duarte, Alan Moreno; Gonzalo Movio, Javier Rodas, Sebastian Aciar, Pablo Vergara; Gonzalo Parisi y Bruno Nasta. D.T.: Angel G. Nasta. SUPLENTES: Denis Roberts, Jonathan Gallardo, Walter Aciar, Agustín Strano, Damián Willhuber, Ricardo Chavarri y Alexis Di María.

GOLES: 17' José Loncón (R) - 86' Alan Moreno (B) - 92' José Loncón (R).

CAMBIOS:  64' Walter Linares por Francisco Vazzoler, 82' Emiliano Piecenti por Gonzalo Aban y 89' Matías Ordozgoiti por Claudio Ferreyra (R) - 55' Walter Aciar por Javier Rodas, 70' Jonathan Gallardo por Claus Gold Betig y 78' Alexis Di Maria por Gonzalo Movio (GB).

AMONESTADOS:  Ramiro Jorge, Claudio Ferreyra, Walter Linares, Esteban Erramuspe, José Ezequiel Molina y Diego Nasello (R) - Gustavo Caamaño y Alexis Di María (B).

ÁRBITRO: Estela Mary Alvarez de Olivera.

ESTADIO: José Buglione Martinese (Olavarría).

Informe y foto: Ola futbol

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