20 de noviembre de 2012

Se olvidaron de los arcos.


Ferro dejó las mismas dudas que en la mayoría de los partidos como local, y lo realizado no fue suficiente para derrotar a Agropecuario de Carlos Casares. Fue un 0-0 opaco, con situaciones repartidas.  Por la jerarquía individual del plantel, por lo generoso del presupuesto, por lo ambicioso del discurso, Ferro tomó un crédito importante con el futbolero que va a la cancha, y en estas diez primeras cuotas ha estado bastante lejos de cancelarlo.

¿A qué juega? Esa pregunta del hincha cuando empieza a bajar los escalones y lo que vio no estuvo a la altura de las expectativas, se repitió este sábado.

Jugó más o menos parecido a siempre en casa, salvo aquel segundo tiempo con Grupo o el arranque con Villa Mitre, y esta vez no le alcanzó para más que un empate frente a un rival de su mismo perfil, que mientras pensó en ganar (en el primer tiempo) le quitó la pelota y le pegó varios sustos en las inmediaciones de Senzacqua.

Una contra encabezada por Lamardo, que se extendió con la aparición externa de Franco Janson y en centro empujado casi a propia puerta en el cierre desesperado de Sumicht planteó una idea de partido que nada tuvo que ver con lo que iba a llegar, por lo menos hasta que se fueron a descansar.

Cuando Agropecuario se acomodó en la cancha, se amigó con la pelota, hizo la clara diferencia de manejo de sus dos volantes centrales (Solaberrieta y Reyes) sobre los de Ferro (Gargaglione -que se plantó por adentro- y Goette). Ferro se vio obligado a correr detrás de la pelota, mientras los de verde la hacían correr, preferentemente al ras del piso.

Esa prolijidad, cuando enganchó con el pivoteo con criterio de Turienzo en la medialuna, puso en serios aprietos a la defensa de Ferro. El ex Gimnasia metió un desborde en la izquierda, lanzó el dentro, y el derechazo de Sicuelo del otro lado encontró la espalda de Franco Janson en su camino hacia el arco.

La misma fórmula, casi idéntico desarrollo: desborde de Turienzo a espaldas de Rosales, Sicuelo en el otro lado rebotó al borde del área chica y la mediavuelta de Reyes se fue por encima del travesaño. Ante esto, ¿Ferro? Poco juego asociado, la búsqueda repetida del pelotazo para la carrera de Ferrara por las bandas como única apuesta al desequilibrio ofensivo.

En este escenario, sufría Lamardo. La pelota era de Agropecuario, o la veía pasar por los aires. En la precariedad de la oferta, Ferro pudo llegar a la apertura con una corrida solitaria de Ferrara en la izquierda (definida sobre el travesaño) y otra el mismo Ferrara en la derecha, centro que bajó Hugo Janson y Lamardo lo perdió en el punto del penal y de frente al arco.

La respuesta de los de verde fue mucho más directa, más clara, más peligrosa. Aita encontró el mismo espacio por donde tanto daño habían ocasionado las zancadas de Turienzo, metió el pase desde el fondo de la cancha para Rodríguez y Goette lo desacomodó justo a un par de metros del arco.

En la derivación de la jugada, centró Sicuelo en derecha y Turienzo “abanicó” su derechazo en el área chica cuando para Senzacqua quedaba apenas una plegaria.

Volvieron y con la misma receta (el unipersonal de Ferrara por una de las bandas) Ferro tuvo la más clara de toda la tarde/noche: Lorenzo escapó en la derecha en posición dudosa, sacó al centro y el fierrazo de Hugo Janson en el segundo palo estalló en los abdominales de Fibiger. El mismo Janson, a pase atrás de Lamardo, un instante después remató alto.

Fue otro inicio prometedor que se fue diluyendo, como el partido, entre un equipo que aún no se ha amigado con el pase como forma de progresar en el terreno, de generar superioridad, de abrir espacios, que juega siempre apurado; y otro que después de llegar y no convertir, contra las ganas de Ferro y el fuerte viento en contra terminó por enamorarse del empate mucho antes del final.

La chatura del juego tornó esa media hora final poco digerible. Malvestitti buscó frescura con Lovera por el fundido Lamardo, y no lo consiguió; más juego por afuera con Urcía por Gargaglione, y tampoco.

Ante falta de ideas, quedaron casi como única forma de buscar a Fibiger los remates lejanos de Franco Janson. En el final, lo tuvo Ramírez. Carrillo metió un bochazo desde la izquierda que sobró a todos, el cordobés se tiró con los pies para adelante en el segundo palo y la agarró mordida.

No entró; si hubiese entrado el concepto no habría cambiado: Feroo jugó igual que casi siempre, la diferencia es que esta vez no alcanzó para ganar.
SINTESIS
FERRO CARRIL SUD (Olavarría):  (0)  Gabriel Senzacqua; Nicolás Rosales (ST 43m. Mariano Ramírez), Nahuel Guerrero, Franco Basso, Franco Janson; Maximiliano Gargaglione (ST 27m. Diógenes Urcía), Mauro Goette, Hugo Janson; Rodrigo Lamardo (ST 19m. Carlos Lovera); Martín Carrillo, Lorenzo Ferrara. D.T.: Edgardo Malvestitti.

AGROPECUARIO ARGENTINO (Carlos Casares):  (0)  Gerardo Fibiger; Mariano Sumicht, Julio Caldiero, Samuel Funes, Martín Curuchet; Emanuel Sicuelo (ST 15m. Lucas Márquez), José Solaberrieta, Ariel Reyes, Leonardo Talpini Aita; Federico Turienzo (ST 38m. Matías Palacios) y Pablo Rodríguez (ST 24m. Gonzalo Urquijo). D.T.: Andrés Zerillo. SUPLENTES: Ezequiel Rocca, Héctor Morán Chaves, Lucas Marquez, Jorge Lizarraga, Maximiliano Buratini, Matías Palacios y Gonzalo Urquijo.

AMONESTADOS:  Maximiliano Gargaglione, Mauro Goette, Franco Basso y Carlos Lovera (FCS) - Martín Curuchet y José Solaberrieta (AA).

ARBITRO: Carlos Javier Alfonso (Lincoln).

ESTADIO: “Domingo Colasurdo”.

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